Entrevista a Victor Hugo d Paola, TALCUAL 09/11/2014

Fin de semana
NUNCA EN DOMINGO
Dice Víctor Hugo d Paola
Hay dirigentes chavistas que no saben si el Muro ha caído
ELIZABETH ARAUJO
Para Víctor Hugo D’Paola lo de Berlín, hace 25 años, fue ejemplo de una gran transición histórica, pacífica, sin disparar un tiro, y que mediante elecciones libres unificó a Alemania. El exdiputado y fundador del MAS afirma que los militares venezolanos no quieren comunismo y Maduro, "aunque tenga su corazoncito castrista" está atrapado por los dueños de las armas. Dice que gente como Nicolás y Diosdado no han leído tres libros en su vida y no pueden apartarse de los hombres de uniforme. "Las comunas fueron un fracaso en la URSS y lo mismo en la política china de Mao".

¿Qué significado tiene para un venezolano que militó en las filas del comunismo la caída del Muro de Berlín? ­Mucho. Nosotros ya habíamos roto con Fidel Castro en la década de los sesenta, luego fundamos el MAS. Lo que significa para los venezolanos en general, es ejemplo de una gran transición histórica, pacífica, sin disparar un tiro. Además mediante elecciones libres se unifica Alemania y se cierra el ciclo de vida de la Alemania comunista, aunque Honecker, el último dictador comunista, había dicho que el Muro duraría 100 años.

¿Por qué resultó tan imprevisible este hecho que pone fin al llamado Socialismo Real? ­No fue tan imprevisible. Te cuento una historia. Moisés Moleiro y yo, ambos diputados y dirigentes del MAS fuimos invitados a un congreso trotskista que se efectuaría en Barcelona, España. Asistimos. Estaban presentes delegados de todas partes del planeta, incluyendo militantes clandestinos de los países comunistas. Los trotskistas que venían detrás de la "cortina de hierro", sostuvieron que el régimen soviético caería pronto y que el sistema burocrático estalinista no duraría mucho tiempo. A los pocos años se vino abajo el muro y la URSS hizo implosión. Tenían razón aquellos trotskistas, aunque se equivocaron porque pensaron que después vendría la verdadera revolución socialista con la clase obrera a la cabeza. Lo que vino después de 70 años de comunismo burocrático, fue capitalismo, y en el caso de Rusia, mafias corruptas con el apoyo de Vladimir Putin. Tampoco era imprevisible la crisis general cubana con el fracaso de todos los planes económicos de Fidel Castro.

Usted fue fundador del MAS, que surgió justo tras la ruptura con el PCV.

¿Se avizoraba dentro del partido que tal acontecimiento, junto a la Perestroika y la muerte de la URSS, pudieran ocurrir? ­Fue una cadena de acontecimientos políticos que cuestionaban al régimen soviético. La ruptura del PCV con Fidel Castro y su estalinismo tropical, la primavera de Praga dirigida por Dubcek que buscaba libertad y elecciones libres; el surgimiento del MAS, que tanta influencia tuvo en América Latina. Recuerdo que el gran pensador mexicano Octavio Paz saludó al MAS y a Petkoff, como ejemplo a seguir. El Eurocomunismo, del cual fuimos pioneros, donde Berlinguer, Carrillo y otros cuestionaban la falta de libertades en la URSS.
¿Cuál fue su experiencia personal con el comunismo soviético que le indujera a creer que el sistema comunista podría estallar? ­No solo fue mi experiencia, también la de otros venezolanos que estábamos en Praga cuando la arbitraria y desmedida ocupación por las tropas del Pacto de Varsovia. Aquel hecho demostraba que el sistema soviético no podía sostenerse sino por la fuerza militar, y esta a la larga también era derrotable.
¿Por qué en Venezuela, a 25 años de este suceso, hay intelectuales y dirigentes de la llamada izquierda tradicional que ajustan su praxis política como si el Muro no hubiese sido derribado? ­¿Cuáles intelectuales? Apenas Luis Alberto Crespo que dejó su bella poesía de los desiertos de Carora por un cargo en Naciones Unidas, o Carlos Noguera, que en este tiempo de buenos novelistas venezolanos (Méndez Guédez, Zuniaga, Sánchez Rugeles, Ana Teresa Torres), se quedó en su buena novela Historias de la calle Lincoln, luego enmudeció. 15 años del chavismo lo han dejado seco. Earle Herrera, que ya no es un intelectual, lo fue cuando la Republica del Este. ¿Izquierda tradicional? Eso fueron respetables venezolanos como Gustavo Machado, Alonso Ojeda Olaechea, Héctor Mujica, y Pedro Ortega Díaz. Ahora lo que hay son militares, o gente como Maduro y Cabello que no han leído tres libros en su vida y no pueden apartarse de los hombres de uniforme.
¿Considera que la corriente de gobiernos izquierdistas en Latinoamérica responde a la necesidad de reivindicar el comunismo que desapareció con la muerte de la Unión Soviética? ­En absoluto. Lula y su discípula se han beneficiado de los altos precios de las materias primas que exporta Brasil. El chavismo de los altos precios del petróleo, lo mismo Evo Morales. Correa es un vividor que no tiene nada de comunista y los Kirchner madre e hijo, están a punto de perder las elecciones.
Solo Chávez en sus estallidos irresponsables, se apareció en Rusia reivindicando a la Unión Soviética y en China dándole vivas a Mao Zedong. Fue una cómica.
¿Es posible hoy, en pleno siglo XXI, que se imponga en Venezuela un sistema de gobierno que emule ese comunismo? ¿Por qué hay dirigentes afiliados al planteamiento de las comunas y de la revolución socialista? ­Los militares no quieren comunismo y Maduro, aunque tenga su corazoncito castrista está atrapado por los dueños de las armas. Las comunas fueron un fracaso en la URSS y lo mismo en la política china de Mao. Solo tuvieron éxito en Yugoslavia cuando el mariscal Tito lograba mantener la unidad de ese archipiélago de país. Luego vino la debacle e incluso la guerra entre los distintos países y las comunas pasaron a mejor vida. En Venezuela, el chavismo ha acabado con las cooperativas, mal puede pensar en una política comunal global.
¿Cómo concibe el funcionamiento, y con qué objetivo, del Instituto de Altos Estudios del Pensamiento de Hugo Chávez, cuya creación anunció el Gobierno? ­El culto a la personalidad de un muerto, solo existía en Corea del Norte con Kim Il Sung. El problema de los jefes chavistas es su ignorancia. Si quisieran saber sobre el Muro de Berlín y la unificación alemana les recomiendo El año que cambió el mundo, de Michael Meyer; Cumbres de David Reynolds; Las aventuras de la Libertad, de Bernard Henry Levy, los libros de Timothy Gorton Ash, y dos novelas, La Torre de Uwe Telkemp y Diario de un Caracol, de Gunther Grass. Todo este ciclo rojo nos recuerda al gran Rafael Cadenas en "Derrota".





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