PRINCIPIOS CRISTIANOS UNIVERSALES.
(Lecturas complementarias para analizar)
Interpretaciones de Valores Cristianos.
1.- Persona.
Desde
la primicia del humanismo cristiano, la persona está constituida principalmente
por la espiritualidad del ser, es decir, la existencia de Dios en el arraigo
teológico. Mientras que en el alma esta componente antológico. La persona, está
dotado de espíritu, razón inteligencia, responsabilidad, acciones y hechos los
hace se constituya en un ser libre e
independiente, como lo Dios en su esencia más innata.
•
El hombre es un ser humano, que para
conseguir su plenitud, tiene que encontrarse, consigo mismo y al mismo tiempo
con los demás, ya que es una hecho de amor. Aclaremos que el individuo, es una
razón de materia, mientras que la persona su esencia es el espíritu. Los
grandes estudios de la persona humana que la época contemporánea son Jacques
Maritaín y Emmanuel Mounier. Claro partiendo de la filosofía clásica cristiana.
San Agustín, San Ambrosio, San Buenaventura. El hombre es un individuo que se
sostiene a sí mismo por la inteligencia y la voluntad; no existe solamente de
una manera
física;
hay en él una existencia más rica y más elevada, sobre existe espiritualmente
en conocimiento y en amor.
Material: Lugar que ocupa en el tiempo y en el espacio de acuerdo a cuatro
dimensiones:
• Espiritual: Hombre biológico, pero a la vez
racional y libre.
• Individual: Un ser irrepetible y diferente del
resto de su especie.
• Social:
Necesidad de sociabilidad.
El
hombre es sociable por naturaleza, y el origen la palabra sociedad que proviene
del (latín societas), significa
compartir. Todos necesitamos de nosotros mismos y de los demás. Por ello es que
el bien común es un derecho natural, nacido de la condición de la persona
humana. Es por ello nacen una serie de condiciones sociales tanto materiales
como espirituales.
El
bien común, permite el desarrollo de la persona, que no es rígido, sino dinámico.
Por ser el humano un agente cambio, el bien de cada persona está comprometido,
con los bienes de los demás. El Bien es un principio universal político,
incluso está presente en el Estado, en
caso de Venezuela es un fin del Estado, consagrado en la constitución de 1999.
Porque Todos tenemos bienes.
•
No es suma
de bienes individuales.
• No se limita al bienestar económico.
• Es el conjunto de condiciones de la vida
social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el
logro más pleno y más fácil de la propia perfección (Concilio Vaticano II).
Es
responsabilidad de todos
Pasaje Bíblico: Lucas 12: 13 – 21
v
Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la
herencia conmigo.»
El le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?»
El le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?»
Jesús vino para enseñarnos cosas que para nosotros es imposible
aprender por uno mismo, “La verdad os hará libres” – por el contrario las
riquezas, el poder, la fama y los placeres nos atan a este mundo, y como todo
lo de este mundo es temporal, lo perdemos todo pero igualmente quedamos atado,
por no querer conocer la verdad.
Y les dijo: «Mirad y
guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está
asegurada por sus bienes.»
Concepto del Bien Común.
1. Algunas definiciones de los Papas.
El bien común temporal es el fin especifico del Estado. El bien común de orden temporal consiste en una paz y seguridad de las cuales las familias y cada uno de los individuos pueden disfrutar en el ejercicio de sus derechos, y al mismo tiempo en la mayor abundancia de bienes espirituales y materiales que sea posible en esta vida mortal mediante la concorde colaboración los activa de todos los ciudadanos.
Pío XI: "Divinis illius magistri"
Toda actividad del Estado, política y económica, está sometida a la realización permanente del bien común; es decir de aquellas condiciones externas que son necesarias al conjunto
de los ciudadanos para el desarrollo de sus cualidades y de sus oficios, de su vida material, intelectual y religiosa.
Pío XII: Radio mensaje Navidad 1942
Un sano concepto del bien común abarca todo un conjunto de condiciones sociales que permitan a los ciudadanos el desarrollo expedito y pleno de su propia perfección.
Juan XXIII: "Mater et Magistra"
En la época actual se considera que el bien común consiste principalmente en la defensa de los deberes y derechos de la persona humana.
Juan XXIII: " Pacem in terris"
El bien común abarca el conjunto de aquellas condiciones de la vida social, con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección.
Concilio Vaticano II: "Gaudium et spes"
Fines del Bien Común
El bien común concreta se en tres fines:
a) El respeto a la persona en cuanto a tal.
b) El bien común exige el bienestar social y el desarrollo del grupo mismo.
c) El bien común implica la paz, la estabilidad y la seguridad de un orden justo.
Toda actividad del Estado, política y económica, está sometida a la realización permanente del bien común; es decir de aquellas condiciones externas que son necesarias al conjunto
de los ciudadanos para el desarrollo de sus cualidades y de sus oficios, de su vida material, intelectual y religiosa.
Pío XII: Radio mensaje Navidad 1942
Un sano concepto del bien común abarca todo un conjunto de condiciones sociales que permitan a los ciudadanos el desarrollo expedito y pleno de su propia perfección.
Juan XXIII: "Mater et Magistra"
En la época actual se considera que el bien común consiste principalmente en la defensa de los deberes y derechos de la persona humana.
Juan XXIII: " Pacem in terris"
El bien común abarca el conjunto de aquellas condiciones de la vida social, con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección.
Concilio Vaticano II: "Gaudium et spes"
Fines del Bien Común
El bien común concreta se en tres fines:
a) El respeto a la persona en cuanto a tal.
b) El bien común exige el bienestar social y el desarrollo del grupo mismo.
c) El bien común implica la paz, la estabilidad y la seguridad de un orden justo.
3.- Solidaridad.
Con
el principio cristiano que frente a Dios todos somos iguales, nace la
solidaridad, por ello que todos somos hermanos, es una corresponsabilidad
social y una norma ética, en su esencia es un valor, de conducta individual,
transmitida a los demás personas en comunidad, en cooperación y de ahí
consolidación de la fraternidad. Solidaridad también cuando en circunstancias
especiales la responsabilidad del otro. Ella es opuesta, al egoísmo, a la
discriminación y al ataque hacia el
otro.
Es
la conciencia y el reconocimiento en la
vida social de que cada uno es responsable
de todos. Hace que los hombres y mujeres sean
iguales en dignidad y se preocupen por sus
semejantes como si fueran ellos mismos.
vida social de que cada uno es responsable
de todos. Hace que los hombres y mujeres sean
iguales en dignidad y se preocupen por sus
semejantes como si fueran ellos mismos.
• Determinación firme y perseverante para
trabajar por el bien común: la solidaridad alienta a las personas a dedicar su
vida a la lucha por los demás y el bien común.
Desde
la Perspectiva de la parábola del buen
Samaritano:
Aunque la palabra
moderna solidaridad no
aparece en los evangelios, éstos pueden considerarse, sin lugar a dudas, una
constante invitación a su práctica, como expresión de amor universal sin
barreras de ningún tipo.
La palabra más próxima a
ésta, porque la supone y la incluye, es agapê que
aparece 116 veces en el Nuevo Testamento (de las que sólo nueve en los
evangelios). Con ésta se indica en el amor que proviene o tiene por objeto a
Dios, o al hombre en cumplimiento del precepto divino: “Amarás a Dios... y al
prójimo como a tí mismo”(Lc 10, 27).
El principio de solidaridad se
formula claramente en Mt 7,12. texto denominado “regla de oro”, donde Jesús
resume el Antiguo Testamento con esta frase: “Todo lo que querríais que
hicieran los demás por vosotros, hacedlo vosotros por ellos, porque eso
significan la Ley y los Profetas”. Jesús invita a ser solidario, o lo que es
igual, a ponerse en el lugar del otro, como si fuera uno mismo, haciendo con él
lo que uno desearía que le hicieran. Para ello hay que renunciar al
egocentrismo; cada uno ha de considerar que los demás tienen con él un destino
común, y, que, por tanto, merecen su atención e interés.
Este principio de
solidaridad en su formulación extrema se expresa en el evangelio de Lucas (6,
27-31): “Ahora bien, a vosotros los que me escucháis os digo: Amad a vuestros
enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen,
rezad por los que os maltratan. Al que te pegue en una mejilla, preséntale
también la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica; a todo el
que te pide, dale, y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. O sea, tratad
a los demás como queréis que ellos os traten”.
Ésta es la utopía a la que
hay que tender: un amor que no excluye a nadie ni siquiera a enemigos y
agresores; un amor tan solidario del otro que no espera recompensa alguna y llega
hasta la renuncia de los propios derechos.
“El ámbito del amor cristiano va más allá de
la solidaridad e incluye toda relación positiva entre personas: la justicia, la
generosidad, el respeto, la comprensión, la tolerancia, la ayuda, el afecto y
la entrega, que forjan la unidad entre los seres humanos”. La solidaridad es,
por tanto, una de las manifestaciones del amor que lleva al cristiano a
fundirse o identificarse con el prójimo”.
La parábola del samaritano se encuentra en la
sección del evangelio de Lucas denominada “el viaje” (9, 51 - 19, 46), que
comienza con el envío de mensajeros por parte de Jesús a una aldea de Samaría,
por la que han de pasar. Al llegar a la aldea, los mensajeros son rechazados.
Santiago y Juan piden a Jesús que caiga un rayo y los aniquile. Jesús se niega
a ello y se marchan a otra aldea. Esta escena prepara al lector del evangelio
para mostrar a un Jesús que no se deja llevar por convencionalismos ni
revanchas, al poner de protagonista de la parábola precisamente a un miembro
del colectivo que rechaza, por ser judíos, a los enviados de Jesús que se
dirigen con él a Jerusalén..
El
hombre es imagen y semejanza de Dios,
por ello, todo hombre es merecedor de
respeto y es digno por ser persona. Por
estos criterios la persona, no puede ser un medio, ni un objeto. Ella es un fin
en sí misma, no debe ser manipulada, ni mucho menos sustituida, ni esclavizada,
ni presionada.
Encierra
autonomía y libertad en corresponsabilidad con las demás personas, del mundo
ante Dios. La dignidad de la persona humana, es un principio fundamental del
humanismo cristiano. De donde nacen una serie de derechos y deberes
fundamentales planamente como persona.
La "dignidad de la persona humana" no es un simple eslogan que se repite hoy en todos los ambientes, sino que realmente el hombre y la mujer poseen una especial dignidad, superior a los demás seres de este mundo. Veamos por qué.
1
- IMAGEN DE DIOS
La Biblia nos enseña que el ser humano, principalmente por el espíritu o alma, es "imagen de Dios": Dios creó al hombre, hombre y mujer los creó (Génesis 1, 27).
La Biblia nos enseña que el ser humano, principalmente por el espíritu o alma, es "imagen de Dios": Dios creó al hombre, hombre y mujer los creó (Génesis 1, 27).
2 - EL ALMA
RACIONAL
El ser humano no es un simple animal, sino que está constituido por materia y espíritu. El libro del Génesis relata cómo Dios creó al hombre dándole un cuerpo y un alma racional (Génesis 2, 7). La dimensión espiritual le da al ser humano una dignidad que no poseen los demás seres en la tierra.
El ser humano no es un simple animal, sino que está constituido por materia y espíritu. El libro del Génesis relata cómo Dios creó al hombre dándole un cuerpo y un alma racional (Génesis 2, 7). La dimensión espiritual le da al ser humano una dignidad que no poseen los demás seres en la tierra.
3 - HIJOS DE DIOS
POR EL BAUTISMO
Pero, además, el cristiano adquiere por el bautismo una extraordinaria dignidad: la de ser "hijo de Dios" por la gracia santificante que recibe en este sacramento. La filiación divina (el ser hijo de Dios) es el fundamento de la antropología cristiana.
Pero, además, el cristiano adquiere por el bautismo una extraordinaria dignidad: la de ser "hijo de Dios" por la gracia santificante que recibe en este sacramento. La filiación divina (el ser hijo de Dios) es el fundamento de la antropología cristiana.
La dignidad del ser humano queda realzada por el hecho de que Jesucristo (el Hijo eterno de Dios) se ha hecho verdadero hombre, semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado.
Por eso enseña el Concilio Vaticano II que la dignidad del ser humano es un misterio que sólo se puede entender a la luz de la Encarnación del Hijo de Dios.
"El Hijo de Dios, con su Encarnación se ha unido con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en todo a nosotros, menos en le pecado" (Gaudium et spes, n. 22).
Los derechos y valores inherentes a la persona humana ocupan un puesto importante en la problemática contemporánea. A este respecto, el Concilio Ecuménico Vaticano II ha reafirmado solemnemente la dignidad excelente de la persona humana y de modo particular su derecho a la vida. Por ello ha denunciado los crímenes contra la vida, como "homicidios de cualquier clase, genocidios, aborto, eutanasia y el mismo suicidio deliberado" (Gaudium et Spes, 27).
La vida humana es el fundamento de todos los bienes, la fuente y condición necesaria de toda actividad humana y de toda convivencia social, es inclusive la unión sagrada con la naturaleza, desde el mismo momento d la aparición de la vida misma.
Nace
de la solidaridad, exige cada uno en corresponsabilidad busquemos el bien
común. Trata de buscar los desequilibrios entre los fuertes y los débiles. La
justicia social motiva al que tiene más compartir cooperar con el otro, es sujeto
de comunicación la realización humana
integración social y espiritual.
Es
una virtud y un principio de los individuos, en actos sociales y personales que
conlleven a consolidar el bien común, que transciende en la ética individual con
las demás personas.
En Lucas 11:37-54 encontramos un relato que nos
enseña el concepto de lo que es la justicia y el amor de Dios, según lo mostró
Jesucristo. Vemos a Jesús siendo invitado por un fariseo a comer. Sin duda, no
se trataría de una comida para pasar un buen rato, sino que se convertiría en
un una polémica.
Jesús señala a los fariseos cuál era el problema:
-Ustedes los fariseos limpian por fuera el vaso y el plato, pero por dentro ustedes están llenos de lo que han conseguido por medio del robo y la maldad.
-¡Ay de ustedes, fariseos!, que separan para Dios la décima parte de la menta, de la ruda y de toda clase de legumbres, pero no hacen caso de la justicia y el amor a Dios. Esto es lo que deben hacer, sin dejar de hacer lo otro
-Ustedes los fariseos limpian por fuera el vaso y el plato, pero por dentro ustedes están llenos de lo que han conseguido por medio del robo y la maldad.
-¡Ay de ustedes, fariseos!, que separan para Dios la décima parte de la menta, de la ruda y de toda clase de legumbres, pero no hacen caso de la justicia y el amor a Dios. Esto es lo que deben hacer, sin dejar de hacer lo otro
6.- subsidiariedad.
Es
una política social, tiene como finalidad el reparto y las competencias para la
organización y conformación de grupos sociales, también ordena las fusiones y
principios de las sociedades intermedias.
Según
planteamiento cristiano esta función no debe ser una obligatoriedad del Estado,
pero si un carácter promocional. La
obligatoriedad debe nacer de la sociedad para la fundación de grupos para el
cumplimiento de determinadas actividades.
• La
finalidad principal de este principio es que las diversas personas y países
puedan desarrollarse por sí mismos, y aportar una contribución al bien
común
•
En la Doctrina Social de la Iglesia se
entiende por principio de subsidiariedad el principio en
virtud del cual el Estado sólo debe ejecutar una labor orientada al bien común
cuando advierte que los particulares o los organismos intermedios no la
realizan adecuadamente, sea por imposibilidad o sea por cualquier otra.
•
El
principio de subsidiariedad quiere
decir que tiene que existir un mecanismo de protección para las personas y los
grupos sociales en caso de que esté en riesgo la propia autonomía, la capacidad
de vivir dignamente. Una situación justa, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia,
sería que de los beneficios de la venta, el dueño de la finca extrajese una
parte proporcional para cubrir las necesidades básicas de aquel que sufrió el
accidente.
•
En
el número 185 del compendio de la Doctrina
Social de la Iglesia, leemos lo siguiente: “La subsidiariedad está
entre las directrices más constantes y características de la Doctrina Social de la Iglesia.
[…] Es imposible promover la dignidad de la persona si no se cuidan la familia,
los grupos, las asociaciones […]”. Asimismo, en el número 186 dice así: “Como
no se puede quitar a los individuos y darlo a la comunidad […], así tampoco es
justo […] quitar a las comunidades menores […] y dárselo a una sociedad mayor y
más elevada”.
•
Los
sucesores de San Pedro, los diferentes papas, nos han ido recordando que los
católicos estamos llamados a ser solidarios. Benedicto XVI en su
encíclica Caritas
in veritate, nos invita a construir la fraternidad humana.
Siendo solidarios, estamos superando el individualismo, y eso tiene que incluir
a todos los aspectos de nuestra vida: la política, la economía, la cultura…
8.- Propiedad
El
pensamiento cristiano lo concibe como un derecho a que todos no corresponde. Está
relacionada con el bien común. Consciente que existe un derecho natural primario como lo es: el destino
universal de los bienes de la tierra.
La
propiedad es un bien necesario para la autonomía de la persona, es un derecho a
usar disfrutar y disponer y no abusar de las cosas materiales. Al igual de las
grandes concentraciones de propiedades que puede generar la esclavización, la
explotación y la injusticia social.
• Derecho
universal al uso de los bienes:
si bien el uso de los bienes es un derecho de todos los hombres, son necesarias normativas para asegurar un ejercicio justo y ordenado de los mismos.
si bien el uso de los bienes es un derecho de todos los hombres, son necesarias normativas para asegurar un ejercicio justo y ordenado de los mismos.
• Economía al servicio del hombre: partiendo de
la existencia del mercado, éste debe ser regulado para que sirva a las
personas.
9.- Trabajo.
Es
una acción consciente de facultades intelectuales como físicas del hombre para
superar y satisfacer sus necesidades. Por medio del trabajo el hombre
transforma la naturaleza y la pone a su servicio. Al mismo tiempo la relaciona
con la demás.
Es
trabajo al mismo tiempo es un derecho y un deber, es un medio de subsistencia,
logra la remuneración. Que debe tener fin última llevar una vida digna. El
clave de la cuestión social, para proclamarse sobre el capital. Debe evitar las
injusticias sociales.
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