EL DESARROLLO LOCAL Y
EL CESE A LA USURPACIÓN
LEONARDO A MONTILLA
La estrategia del Desarrollo Humano sostenible local es un instrumento
para combatir la pobreza y elevar las posibilidades de vida en nuestros países
latinoamericanos. Sobre todo en aquellos donde las tiranías violadoras de los
derechos humanos se han estacionado, tipo Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Encontramos así un sustento teórico y programático para que desde lo cotidiano
elevemos la incidencia de los ciudadanos en lograr mejores condiciones de avance
social, político y económico, entre otras palabras y en el caso específico venezolano,
recuperar la calidad de vida, desaparecida en este error histórico denominado
socialismo del siglo XXI.
Es un concepto que se entiende como
la lucha popular para ampliar la gama de opciones de las personas, brindándoles
mayores oportunidades de educación, atención médica, empleo e ingresos,
abarcando el aspecto total del empoderamiento propio, desde su comunidad y desde
lo que el papa Francisco llama Nuestra casa común. La ecuación Desarrollo Humano, calidad de
vida y superación de la pobreza, tiene en la democracia, en el respeto a las
garantías constitucionales como contrato de convivencia social, en las
libertades económicas, los derechos humanos, las libertades económicas y en el respeto
a la constitucionalidad como norma de la relación entre pueblo y Estado su
punto de partida y su vigencia en el tiempo.
La opción a la vida siempre es en democracia,
el gobierno de las leyes por encima del gobierno de los hombres. En los
diferentes informes anuales del PNUD, se orienta a tratar estos temas, como la
necesidad de adoptar una concepción integral sobre este proceso socioeconómico
que vive la mayoría de los pueblos latinoamericanos y que ha aumentado ante el
estrepitoso fracaso de la los gobiernos de la llamada izquierda corrupta y
militarista, los cuales han venido siendo derrotados por sus pueblos.
Tomando en consideración estas
premisas políticas que nos hablan de vivir en democracia y tolerancia para
poder conquistar caminos que eleven la denominada calidad de vida y el
encuentro social, lo que ocurre en Venezuela es propio del comportamiento de la
elite militar cívico que ha llevado al país a la total ruina en un mar de
desigualdad, carencias, éxodo, inseguridad, corrupción y hambruna desatada.
Desde la perspectiva del concepto de
Desarrollo Humano sostenible Local, la pobreza no es solamente la falta de
ingreso particular, ni un estado personal, es un proceso de mayores
complejidades que abarca relaciones en lo social, en lo político y en lo
económico, igualmente los pobres no son vistos, en este concepto, como victimas
pasivas, sino protagonistas en la búsqueda de la superación de dicho proceso.
En Venezuela el tema del desarrollo regional y local adquirió una mayor
importancia a raíz de las reformas político-territoriales de la
Descentralización iniciadas en 1989. El PNUD inició en 1999 la validación de
una estrategia para el Desarrollo Humano Sostenible Local (DHSL) que se
extendió por cuatro años a 22 municipios de Venezuela. Esta estrategia dio como
resultado la producción de un conjunto de orientaciones conceptuales y de
herramientas metodológicas dirigidas a facilitar la puesta en marcha del DHSL.
Herramientas que en muchos casos duermen el sueño del olvido centralizador que
el régimen autocrático actual le dio.
La estrategia del DHL constituye una
forma sistemática de intervenir en las comunidades más vulnerables con una
narrativa que amplié las oportunidades de las personas mediante la capacitación
y la organización para el desarrollo local, fomentando simultáneamente la
concertación de los diversos agentes de desarrollo para el aprovechamiento de
las fortalezas de condiciones sociales, culturales, económicas, ambientales y
políticas de las regiones federales o estados.
El plan país presentado por el
presidente Juan Gerardo Guaido y la Asamblea Nacional así lo establece. Ahora,
esto será solo posible si existe un gobierno de pluralidad, respeto y que haga
valer la constitución y que institucionalicé el país, es decir un gobierno de
transición. Nuestra Carta Magna cuenta con varios mecanismos que facultan al
pueblo a tener la última palabra frente a situaciones como la que padece la
república. Pero no nos encontramos en una democracia funcional sino en una
autocracia arbitraria y militarista. Por eso, en la actual realidad de
Venezuela, la activación y éxito de tales mecanismos constitucionales para
resolver la crisis sólo podrá lograrse si los ciudadanos participamos
activamente en el reclamo diario contra esta ineficaz usurpación, nadie puede
pretender que otros hagan nuestro trabajo, somos los ciudadanos del país, los
que haciendo valer nuestros derechos podemos acelerar y concretar los cambios
que urgentemente necesitamos.
El desarrollo local tiene entre sus
valores la participación política consciente y consecuente de todos los que
somos parte del Estado, el cese a la usurpación, la transición y unas
elecciones verdaderamente limpias y transparentes son un sentimiento nacional ante la tragedia
de hambre, miseria y emergencia humanitaria que vive la república. Si hay opciones, el protagonismo y el poder de decisión está
en cada uno de nosotros, esto es fundamental. A la tiranía solo le queda el
miedo, la represión, el dinero robado y la violencia, a los venezolanos nos
queda el futuro.
@LeoMontilla
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