[16/7 10:26 a. m.] Leonardo A Montilla 🇻🇪: Las políticas públicas son el producto de la búsqueda, a través del desarrollo de civilización, del cumplimiento de parámetros para enfrentar las deficiencias sociales, políticas y económica q estos mismos procesos, dada su complejidad máxima, genera en materia de gobernanza. En tiempos de pandemia 2020 y dado los avances del proceso de globalización y comunicación planetaria, las políticas públicas están altamente vinculadas a una visión exacta e integral de los Derechos Humanos; asi se estable en la agenda de los ODS que fue la ratificación en el 2015 de los objetivos de desarrollo para la humanidad establecidos en el 2000, de los cuáles muchos en esa década no pudieron cumplirse, según especialistas por falta de un concepto claro de democracia y derechos humanos en el mundo.
El poder público debe ejercerse al servicio del ser humano, no puede ser usado para bloquear o eliminar atributos inherentes al ser. Es el instrumento del derecho público y del constitucional, con el que se rige las fuentes objetivas y subjetivas, deberes y derechos del Estado para con los ciudadanos, cuya razón de ser histórica y conceptualmente es el bien común.
Robert Putnam en parte de su texto
*Para hacer que la democracia funcione* hace referencia a sistema politico democratico como garante del buen ejercicio de gestión en materia publica, es decir de las instituciones, sobre todo en la lucha contra la pobreza que es lo prioritario en el mundo de hoy día.
Venezuela vive hoy una crisis humanitaria compleja, agravada por la conformación de un estado de Facto paralelo a la constitución, el cual es promovido por la jerarquía del poder. Es un momento donde el conocimiento de nuestros derechos fundamentales deben sustentar los desarrollos de políticas públicas fundamentales, que permitan recuperar un sistema político donde de verdad se pueda avanzar en atender las necesidades reales y sentidas de la República, comenzando por el rescate institucional y constitucional del Estado.
En una aproximación a nuestra realidad, esta nos indica que en un Estado paralelo no puede existir un real desarrollo de una política pública definida sobre el concepto del bien común. El Estado de facto, creado al margen de la constitución en Venezuela, obvia ese criterio y establece un aprovechamiento ilícito en los planes y proyectos, olvidando las necesidades reales y sentidas de los ciudadanos, ahí está el fracaso en medio del elemento corrupción de las políticas públicas del sistema eléctrico, o el deterioro y casi nulidad del sistema de salud. Son realidades objetivas y expresión de una visión de gestión pública del año 2000 hasta nuestros días.
Putman tiene razón, cuando dice que solo un sistema político y económico que se permita el escrutinio ciudadano, puede crear políticas públicas que de verdad favorezcan al ser social.
@LeoMontilla
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