20 años Guillermo Montilla, Diario de los Andes

Hace 20 años se nos fue Guillermo MontillaImprimirE-Mail
escrito por Francisco Graterol / DLA Trujillo   
domingo, 24 de marzo de 2013
Un nuevo amanecer nos llega. Abrimos las paraparas y estamos una vez más en contacto con la existencia. Instantes para recordar tantas cosas. Entre esas evocaciones está Guillermo Montilla, entrañable amigo y maestro que un día se marchó, dejando atrás una estela de cariño y admiración, que seguimos profesando por él. Estas letras para Olga, sus hijos, colegas y amigos y aun para los que no conocieron a Guillermo Montilla. Para las nuevas generaciones de periodistas

La voz de Olga, me sorprende: "El viernes cumple 20 años de muerto, Guillermo". Tenía mucha razón, Carlitos Gardel cuando interpreta aquel bello tango, Volver de Alfredo Le Pera. /Sentir, que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada errante en las sombras te busca y te nombra. Vivir, con el alma aferrada a un dulce recuerdo, que lloro otra vez/.

Parece mentira. Es que tenemos a Guillermo siempre en nuestra mente y recuerdos. Sigue vivo para nosotros. Hay dos personas con quienes constantemente sueño. Mi padre, José la Rosa y Guillermo, mi padre y tutor en esta carrera periodística que lleva más de 40 años. Veo a Guillermo con su amplia sonrisa, echando chistes, porque aun cuando para los que no lo conocían, era muy serio, un ogro, para los que estuvimos a su lado, era un muchacho bueno, un jodedor. Bailarín empedernido y si no que lo diga Olga, con quien formaba una excelente pareja a la hora de bailar aquellos pasodobles que tanto le movían el piso a nuestro amigo. Es por eso, que nos sorprende Olga con la "primicia" de que hace dos décadas, se fue quien fuera su compañero de vida y para este servidor, un excelente hermano, colega y un gran maestro. Haber trabajado con Guillermo fue un honor. No era fácil. No aceptaba medias tintas, ni la mediocridad. Se aprendía, si o si. Las órdenes las daba una vez y predicaba con el ejemplo. Honrado a carta cabal. Detestaba lo que oliera a "palangre". Guillermo era vertical. Línea recta. Nada de andar por atajos.

Guillermo, le moldeó una identidad a Diario de Los Andes. Marcó una diferencia. Es que el Diario desde su nacimiento, mostró la pasta guerrera que por dentro tenía el hombre que Eladio Muchacho y muy acertadamente eligió para que nos sirviera de capitán, de líder. Además, libra por libra, y con la venia de otros colegas de la época, puros cuarto bates de las letras, en su estilo, en su espíritu, Guillermo era el más idóneo, el mejor para emprender una tarea que hoy es orgullo de Los Andes y de todo el país, como es esta empresa periodística.

Raúl Díaz Castañeda, en el instante de su muerte escribió: "Guillermo Montilla fue del linaje de los apasionados. Un hombre auténtico, hecho de esa rara materia, a la vez sensible y vigorosa, que vibra el alma de los místicos, los cruzados y los poetas. Se levantaba sobre las circunstancias (lo inmediato histórico de Ortega y Gasset), con una casi arrogante verticalidad volcánica, tenso en el magma explosivo de la entraña, oficiante sin máscara del riesgoso fuego sagrado de las purificaciones, que casi siempre es más lo que llaga que lo que limpia".

Gremialista cien por ciento 

¡Cómo defendía el gremio! Daba la vida por su profesión. La Asociación Venezolana de Periodistas (AVP) y el Colegio Nacional de Periodistas, CNP, tuvieron en Guillermo a su máximo líder. Ojo. Su fama de guerrero trascendía las fronteras de esta tierra de gracia. De Trujillo. Estaba al lado de Eleazar Díaz Rangel, cacique máximo del liderazgo periodístico, hoy flamante Director de Últimas Noticias, de Ana Luisa Llovera, Pedro Manuel Vásquez, Jesús Romero Anselmi, por sólo nombrar algunos de los dirigentes gremiales de entonces. En las convenciones nacionales, la voz de Guillermo, retumbaba los cuatro costados del país. En Guillermo, la Ley de Colegiación del Periodista tuvo a uno de sus grandes defensores. Fue implacable contra "la piratería". Se ganó muchos enemigos, de gente que a juro quería ser periodista, aún cuando eran médicos, abogados, policías.

Su amor por Valera

Siempre defendió a la ciudad. No sólo como periodista. En su butaca de concejal por el MEP Guillermo estuvo al lado de grandes luchas por nuestras comunidades o por "una simple violación a la ordenanza municipal". Alí Medina Machado, lo definió muy bien. "El amor por la ciudad le hizo alejar pesares e incomprensiones. Valera fue el corazón abierto de Guillermo Montilla. Su sol de la mañana y de la tarde. El recio cómplice de sus noches y de sus amaneceres. Guillermo amó la ciudad con mucha fuerza. La hizo su epopeya viviente. La ciudad le dulcificaba el camino y él también dulcificó a la ciudad".

¡Cómo nos hace falta Guillermo!

Sin rubor debo decirlo. En este gremio apático, sin fuerzas, flacuchento, líderes del fuste de Guillermo, nos hacen mucha falta. Las nuevas generaciones no han asimilado lo que es ser un verdadero periodista. No basta con cumplir una pauta diaria y un horario, escribir dos o tres mil caracteres. Falta la pasión, la entrega. Dar hasta la vida si es posible por proteger los intereses ya en este caso ni siquiera personal, sino de todos los compañeros que con nosotros trabajan y con todo el gremio periodístico. Guillermo era un guerrero. Ahora, seguramente estará en el Olimpo junto a esa camada de viejos colegas, que ya dieron un paso al frente para cumplir con los designios del Señor y con la Ley de la Vida, el santo camino de la muerte. Junto a Guillermo, estarán el Padre Juan de Dios Andrade, Régulo Jiménez, El Chino Julio Urdaneta, Rafael Ángel Lujano, Sulbarán y su fotógrafo de toda la vida, el bigotudo Rodolfo Zambrano.

Aquí en esta Viña del Señor seguimos guapeando, pero, recordando siempre a Guillermo Montilla.

Amigo por siempre. 
 


Comentarios

  1. Que importante es pasar por la vida dejando una huella de amor y virtud..! Que orgullo siento de ser amiga de Leonardo, el hijo de este insigne periodista trujillano....me parece que lo conoci siempre porque Leonardo es así como Francisco Graterol describe al Señor Guillermo Montilla. Que importante es ser un GRAN SER HUMANO y trascender en el tiempo...que hermoso es que después de 20 años de haber fallecido Guillermo Montilla; la huella de tu paso por la vida aun huele a tierra fértil, a lava encendida, a coraje y valentía. Mis respetos a la Señora Olga y a sus hijos, en especial a mi buen amigo de siempre, Leonardo Alfredo.

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