Elecciones Regionales

Una ruta, elecciones regionales

Por: Leonardo Montilla

Los escenarios de las fuerzas democráticas se enlazan en el constante debate sobre las maneras de enfrentar el gobierno autocrático de Nicolás Maduro y su élite militar cívico. La espantosa crisis que agobia al país entero se hace cada vez más difícil de soportar; pudiéramos decir que la mayor muestra del fracaso de este régimen es habernos convertido en un país de inmigrantes. Todos los días y a cada rato distintas noticias de hijos de amigos y de amigos, ex alumnos, parientes y desconocidos que se marchan de la patria buscando las oportunidades que le son negadas por la pérdida de la calidad de vida y de futuro que vivimos.
La oposición venezolana está en un momento de reinvención que busca, bajo la mirada muchas veces ingrata de muchos de sus seguidores, reorientar los mecanismos constitucionales y pacíficos para hacerle frente al mayor fraude de la historia política nacional como lo es el llamado socialismo del siglo XXI.
Desde nuestra óptica siempre hemos sostenido la postura de que el cambio en el país debe ser pacífico, constitucional y electoral, no hay otro mecanismo en la Venezuela de hoy en día que éste para salir de esta pesadilla. El debate nos ha llevado a escuchar diferentes interpretaciones, la mayoría sembradas en los deseos y no en las realidades, las mismas explicadas como parte de un contexto general que siempre, históricamente, ha caracterizado los procesos de cambio social, político y las luchas contra las hegemonías de cualquier signo.
La Unidad democrática como principal elemento de confluencia estratégica ha logrado internalizar la necesidad de una vocación unitaria para los compromisos electorales; teniendo como sustento la concepción democrática y plural del ejercicio del poder. Algunos hechos recientes deben reflexionarse para continuar avanzando en este largo camino; cuando se planteó el referéndum revocatorio, unimos nuestra opinión a los que manifestaron lo importante de no descuidar el llamado y la vigencia de las elecciones regionales; eran no solamente los indicadores para la defensa de la constitucionalidad, dado que el periodo de los gobernadores y legisladores regionales está vencido, era también el administrar el gran capital político electoral de la victoria del 6 de diciembre del 2015. Lamentablemente la visión centralista y la rivalidad en el liderazgo democrático nos condujeron por la senda única del RR con los resultados por todos conocidos.
El diálogo, ampliamente cuestionado por muchos, descalificado por otros y asumido por algunos, era un espacio a cumplir, quien ganó o quien perdió, no es lo fundamental, lo importante es que mediante ese proceso se descubrió la mentira y falta de compromiso democrático, de entendimiento del gobierno militar. Su falta al no cumplir, al limitar aún más los canales democráticos los devela como lo que realmente son, autócratas sin respeto por la vida ni por el pensamiento plural.
Se plantea ahora la renovación de la MUD, la legalización de las organizaciones con fines políticos, un nuevo reglamento de convivencia interna y de la toma de decisiones; se reconoce la equivocación en algunas conductas hegemónicas que pretendieron limitar la participación de muchos, los cuales en el terreno de la unidad somos todos importantes, se plantea así mismo democratizar la vocería, en el caso de nuestra región aspiramos que eso sea efectivo sin menos cabo de nadie. La ruta que se nos viene adelante tiene que ver con la interpretación gramsciana de conquistar espacios para la toma del poder, las elecciones regionales son a nuestra manera de ver el mejor escenario, el más real, el puntual y el objetivo para que Venezuela se movilice a derrotar la élite militar cívico que destruye la patria. Plantearse un escenario de elecciones generales es repetir equivocaciones, el que está fuera de la Constitución es el gobierno, la Venezuela decente cree en su Carta Magna.
La hoja de ruta para derrotar a Maduro es ganar las gobernaciones y los Consejos Legislativos de los Estados, es avanzar en la salida pacífica, electoral y constitucional.
@LeoMontilla

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