EL UNIVERSAL-ENTREVISTA A AMERICO MARTIN-
ENTREVISTA |
Américo Martín, expresidente de la FCU de la UCV
"Ante el hervidero social la
tendencia es hacia el cambio"
El avezado
dirigente político considera que "el movimiento estudiantil se convirtió
en la vanguardia iluminada de la democracia. Hace mucho tiempo no observaba tal
despliegue de energía, y de coraje ciudadano"
Según Martín
"lo que le ha dado fuerza a la oposición es la persistencia en el método
electoral"
ROBERTO GIUSTI
| EL UNIVERSAL
domingo 23 de
marzo de 2014 12:00 AM
Presidente de la
Federación de Centros Universitarios de la UCV a principios de los años 60,
preso de la dictadura perezjimenista y participante activo en su derrocamiento
(1958), Américo Martín encuentra que el movimiento estudiantil de hoy se ha
convertido en vanguardia del cambio democrático en Venezuela. Papel que no resulta
novedoso si consideramos que ya en 1928 insurge en la Universidad Central un
grupo de estudiantes que enfrentó la dictadura de Juan Vicente Gómez. Américo
encuentra, además, diferencias entre esta generación del 2014 y la del 2007,
cuando el movimiento estudiantil salió a la calle y derrotó en las urnas la
propuesta de reforma constitucional de Chávez. A su juicio, los jóvenes de
ahora se destacan por su perseverancia, madurez emocional, gran claridad de
propósitos y la humildad suficiente como para deponer intereses personales o
grupales en nombre del rescate de la democracia.
-En tu libro de
memorias "Ahora es cuando", narras como la huelga universitaria del
21 de noviembre de 1957 fue una señal de lo que vendría después, el 23 de enero
de 1958, con la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. ¿Es posible
establecer un paralelo con la situación que hoy vive el país?
-No creo que
haya un paralelismo porque aquello tenía un propósito muy claro: derribar a una
dictadura. En cambio, en este caso , no se trata de tumbar al gobierno. Todas
estas protestas de hoy en día, más allá de alguno que otro exaltado, se dirigen
a defender el régimen constitucional y a reclamar por la grotesca violación de
los derechos humanos. Pero no hay un proyecto de derribar una dictadura y la
prueba está en que no existe un órgano insurreccional, como lo había en los
años 50, (la Junta Patriótica), cuyo propósito era sacar del poder a Pérez Jiménez,
Vallenilla y Pedro Estrada
No crees que, en
el fondo, el apoyo masivo a la protesta impulsada por los estudiantes obedece
al convencimiento, existente entre la gente, de que el objetivo último es salir
del gobierno?
Hay un
sentimiento de cambio muy profundo en la gente porque se ha perdido la fe en la
capacidad de rectificación de un gobierno como el actual. Pero ese sentimiento
se convierte en proyecto cuando hay un plan y ese plan no existe.
-Según el
gobierno sí existe y se trata de un "golpe de estado continuado".
-El gobierno
insiste en ese tema porque, entre otras razones, intenta justificar así lo que
nadie entiende: ¿cómo es posible que teniendo a su disposición tantos recursos
y el control de todas las instituciones, no haya podido colocar a Venezuela,
por encima o, al menos, en el nivel del resto de América Latina. Nuestro país
está entre los tres últimos en crecimiento económico y de lejos es el primero,
por quinto año consecutivo, en la tasa inflacionaria. Eso sin hablar de la
criminalidad, el desabastecimiento y el cortejo diabólico que acompaña al
deterioro económico y social. De allí el anhelo de cambio que, en las
mentalidades más sencillas, se traduce en la salida del gobierno.
--La ausencia de
un aparato insurreccional ¿no obedece a que la apuesta ha sido a la vía
electoral? Pero ahora, cuando el gobierno se despoja de la máscara democrática,
¿no queda eliminada la barrera del chantaje democrático? Es decir, al perder
definitivamente el gobierno su cualidad democrática, ¿no se hace legítimo
cualquier tipo de lucha que se pretenda establecer?
-Yo razono de
otra manera, ni soy adivino y aunque tenga certezas personales siempre le dejo
espacio a lo incierto, a las infinitas posibilidades de lo concreto. Hay mil
cosas que pueden ocurrir en el momento más inesperado y por eso cuando me piden
pronósticos no los doy. Me basta con señalar tendencias. Por ejemplo, mi amigo
Heinz Dieterich, le pone plazo fijo a la caída de Maduro. Yo nunca haré eso con
nadie.
-Te preguntaba
si la definitiva pérdida de su cualidad democrática...
-¿Justificaría
un cambio de estrategia?
-Sí.
-Cuando uno
monta a caballo no cambia de cabalgadura. Lo que le ha dado fuerza a la
oposición es la persistencia en el camino electoral, aunque la realidad permite
acudir a medios inusitados. Es asombrosa, por ejemplo, la actitud del coronel
de la GNB, quien felicitó a los manifestantes de Altamira por la prueba de
resistencia cívica y pacífica que han exhibido. Y si eso se convierte en pauta,
dentro de la conducta de la Guardia, es obvio que el cambio se producirá en la
forma que adopte en su momento.
-Es decir....
-Yo no
pronostico y sigo en el camino electoral, que tiene plazo fijo, aun cuando
podría pasar cualquier cosa. Y te digo esto porque, además del crecimiento del
sentimiento opositor (no es poca cosa una protesta sostenida por más de un mes)
y a despecho de los errores que se pudieran haber cometido, hacía mucho tiempo
que no observaba tanto derroche de energía, coraje y valor ciudadano.
-Fenómeno que
parece sobrepasar la capacidad de conducción de los partidos.
-Menos mal. No
podía ser de otra manera. Yo nunca diré que hay división en la oposición porque
es una visión equivocada del concepto unitario. La oposición se unió para el
proceso electoral con un método impecable (primarias con participación de más
de 3 millones de votantes). Pero mientras no haya elecciones, que florezcan
cien flores y compitan cien escuelas filosóficas, como dijo Mao antes de
convertirse en un bellaco. Hay diferencias y eso es bueno porque reflejamos la
pluralidad de una sociedad capaz de imponer la unidad sobre intereses
banderizos. Así ocurrió el 23 de enero, cuando la unidad de los distintos
derrocó a la dictadura por el único método posible para entonces: la unión
cívico-militar.
-¿No es tan
apremiante la situación que exige salidas a corto plazo? ¿Cómo se puede
sostener una lucha indefinidamente sin resultados?
-Indefinidamente
no. Hay un gran hervidero social y se están generando muchos liderazgos nuevos.
Yo quedé encantado cuando la FCU de la UCV, me invitó a hablar desde el techo
del rectorado a los estudiantes concentrados en la plaza de la Ciudad
Universitaria. Yo no hablaba en ese sitio desde que era presidente de la FCU y
les dije, de todo corazón: "no vengo a enseñarles nada, sino a aprenderlo
todo porque han demostrado una enorme capacidad para entender la
situación". Ellos siguen con su lucha democrática y están decididos a
hacer cualquier cosa si de eso depende la salvación del movimiento democrático.
-¿Qué implica la
frase "cualquier cosa"?
-La tendencia es
hacia un cambio profundo, con la virtud de darse sus propias maneras de
propiciar las transformaciones. ¿Quién se iba a imaginar que los estudiantes en
la calle, con tal coraje, fuerza e inteligencia, se iba a convertir en
inequívoca señal de futuro?
-Por eso te
señalaba que el movimiento estudiantil se conectó con la sociedad más allá de
los partidos.
-¿Crees tú que
un organismo como la Mesa de la Unidad Democrática está en capacidad de dirigir
al movimiento estudiantil? No. Déjalo actuar. Apóyalo y dale solidaridad, que
es lo que está pasando. Lo mismo será con el movimiento obrero y ya ocurrió en
el sector educativo, donde los padres libran, junto a sus hijos, la lucha por
una educación libre y una sociedad democrática. Ahora, todo eso no lo determinó
un frío estratega, sino lo que denomino la "inteligencia del
proceso". Ella nos va a decir todo en su momento. Mientras, se debe seguir
profundizando la tendencia.
-¿No se le fue
de las manos el fenómeno al movimiento estudiantil, si consideramos que sus
objetivos concretos fueron superados por la exigencia de un cambio total?
-La historia del
movimiento estudiantil latinoamericano registra, como hecho fundamental, la
Reforma Universitaria de Córdoba (Argentina, 1918), que se expandió por todo el
continente. Hasta entonces la izquierda predicaba que la vanguardia del proceso
estaba en manos del la clase obrera. Pero surgieron una serie de voces
esclarecedoras (Ortega y Gasset, Luis Jiménez de Asúa, Haya de la Torre) que
plantearon lo que tú citas: el movimiento estudiantil desbordó el ámbito universitario,
se desbordó a si mismo y se convirtió en la vanguardia iluminada de la
democracia en el hemisferio. Eso es lo que está pasando en Venezuela. No
sabemos si culminará en los mismos términos que en Córdoba, pero en esa
dirección avanza.
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