Pilar Romero ¡Que suerte tuvimos de nacer!

 Escritos y Opinion 
Pilar Romero, ¡qué suerte tuvimos de nacer!
                                                                         Leonardo Montilla

El gran Alberto Cortez, cantautor de poesía, soledades y alegrías, le regaló un día al mundo un poema del cual reflejo algunos textos propios para la ocasión: “¡Qué suerte he tenido de nacer!, para estrechar la mano de un amigo y poder asistir como testigo al milagro de cada amanecer. ¡Qué suerte he tenido de nacer!, para tener la opción de la balanza, sopesar la derrota y la esperanza con la gloria y el miedo de caer. ¡Qué suerte he tenido de nacer!, para cantarle a la gente y a la rosa y al perro y al amor y a cualquier cosa que pueda el sentimiento recoger. ¡Qué suerte he tenido de nacer!, para tener acceso a la fortuna de ser río en lugar de ser laguna, de ser lluvia en lugar de ver llover……”
Escuchando y leyendo a Cortez en  un día como hoy, donde la presencia mítica de un gran afecto como Pilar Romero se hace presente a pesar de las rudezas del tiempo, nos trasladamos al encanto de esa suerte que es estar vivo y haber estrechado la mano y el cariño de una mujer  cuya vida fue siempre el realce de la cultura y la grandeza de construir un país con mejor porvenir en lo espiritual y lo intelectual.
Conocida artista de la televisión, del teatro comprometido, militante de la música y la buena  poesía, con una carrera en las tablas teatreras con reconocimiento internacional, Pilar Romero es hoy una manifestación clara de eso que Aquiles Nazoa llamaba, “los poderes creadores del pueblo: profesora universitaria, activista del Teodorismo (el MAS de Teodoro) y siempre con el tema de la justicia social y la excelencia cultural como emblema existencial.
 Pilar Romero, profesora de castellano y Literatura graduada en el Pedagógico de Caracas –la llamaban “La Guerrera de la Escena” –,  hizo películas, como El Rebaño de los Ángeles, de Román Chalbaud,  e innumerables montajes del Grupo de Teatro Rajatabla. Indudablemente muchos la recuerdan como la escritora de telenovelas inolvidables como Elizabeth, Maite, Inmensamente Tuya y Mi Prima Ciela. Una venezolana incansable, comprometida con la promoción cultural de su país, que impulsó proyectos como el sistema de Teatros Nacionales Juveniles de Venezuela (Tnjv), Niños Actores de Venezuela (Nave), y el Institutito Universitario de Teatro (Iudet), conocido hoy en día como Unearte para otros.
Un día llegó a Valera con su espíritu emprendedor y con la añoranza de su ciudad que la vio partir al éxito nacional. Aquí la conocimos, en el MAS tormentoso de siempre, con nuestra admiración por su trayectoria y por su risa siempre estruendosa. Con Pilar, una amistad con franqueza de encuentros y desencuentros, pero de respeto por el cariño anidado y la inagotable fuerza de una personalidad siempre al servicio del colectivo, como llamamos ahora al asunto social. Fundó con un grupo de activistas culturales –donde rápidamente se convirtió en su líder– el TNJ Núcleo Valera. Recordamos a Ana Graciela Pinto, Yurimia Moya, Chepí Grasso, “el Abuelo”, Oleida Rondón y el apoyo siempre consecuente de Miguel Gutiérrez; más que compañeros de lucha, hermanos de sueños y esperanza. Hoy esa esperanza del teatro trujillano que es el TNJ cumple 25 años. Hoy, Pilar, que como dice Cortez tuvo la suerte  de nacer para tener acceso a la fortuna de ser río en lugar de ser laguna, de ser lluvia en lugar de ver llover, recibe el reconocimiento de su obra bendita, del municipio, quien la declara hija ilustre de la ciudad, y de sus amigos, que tuvimos la suerte de nacer para estrechar su mano y su cariño.


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