Hector Diaz-
El mundo de Héctor
Más allá del silencio…
HÉCTOR DÍAZ
Publicado en el Diario El Tiempo de Valera. Lunes 21/07/2014
La sociedad venezolana pasa por uno
de sus peores momentos, jamás en la historia política se había visto tanta
crueldad por un régimen que atenta contra la vida, las costumbres, las
tradiciones y contra todo el estamento legal que sostiene al Estado; las voces
en los medios de comunicación social, llámense radio, televisión o periódico,
se ven cada día más alejados para llevar las denuncias u opiniones de los
sectores de la sociedad y allí donde justamente los jerarcas del gobierno se
creen invencibles, todopoderosos, intocables ya que piensan que todo gira en
torno a sus pies.
Todos los gobiernos, desde 1830 hasta
nuestros días, se han creído dueños absolutos de la verdad y donde las críticas
le causan ronchas, malestar y hasta asumen una posición beligerante en contra
de quienes tienen el sagrado deber de informar, pero cuando esa dirigencia pasa
a la acera de la oposición, vuelve nuevamente al mundo de la realidad, es
decir, la dulzura del poder no les permite ver otra cosa distinta, que aunque
estén cometiendo errores, no lo pueden aceptar.
Quienes hoy ostentan funciones de
gobierno, ayer eran críticos furibundos de todos los gobiernos pasados: la
autonomía universitaria, la libertad sindical, la violación a la ley del
trabajo y las contrataciones colectivas, la libertad de expresión, las medidas
económicas y los convenios internacionales en materia energética. Esa
dirigencia política cuestionadora de la llamada Cuarta República encontraba eco
en cada uno de los espacios de la sociedad venezolana, grandes centimetrajes se
cubrían con entrevistas y declaraciones de prensa fijando posición sobre el
acontecer regional, nacional e internacional en las distintas áreas. Las
propias estructuras culturales tenían espacios que disentían de quienes estaban
en función de gobierno, películas, novelas y largometrajes basados en la propia
crisis que vivía la sociedad venezolana y ninguna fue objeto de censura en su
divulgación. Retén de Catia, Soy un delincuente, Amaneció de golpe, Por estas
calles, Macu, la mujer del policía, El pez que fuma, Miami nuestro, Disparen a
matar, Una vida y dos mandados, entre otras; estos guiones demostraban la
sociedad en crisis, la podredumbre de los cuerpos policiales, el desastre
penitenciario, el frustrado golpe militar de 1992 y la denuncia de una sociedad
en plena decadencia mostrada a los televidentes por la histórica RCTV.
Más allá del silencio es el ciudadano
común que capta los cambios y los nuevos escenarios venideros, es el hombre y
mujer de a pie que soporta los vejámenes en una cola para adquirir los
productos de la cesta básica, es el paciente y sus familiares a las puertas de
un centro asistencial donde observan los esfuerzos de los médicos, pero también
ven la falta de insumos y los elevados costos farmacéuticos al buscar el
tratamiento del familiar; el joven profesional que ve frustrados sus sueños al
no poder ingresar al aparato productivo y donde la única salida es irse del
país; la violación de los derechos humanos por parte de un sistema de justicia
que se arrodilla al poder y donde el delincuente tiene privilegios en los
tribunales y los estudiantes son condenados por el simple hecho de protestar en
contra de un régimen; nuestros niños y adolescentes son expuestos a un modelo
educativo que busca fanatizar y crearnos valores que atentan contra la
democracia, la libertad y la espiritualidad.
Más allá del silencio es un mundo
donde la polarización ya no existe, la diatriba entre bandos opositores y
bandos gubernamentales se ve como un negocio en la alternancia del poder; de
allí que estamos obligados a demostrar los nuevos escenarios que se avecinan y
donde las voces del inconformismo serán aliadas de aquellos que ven más allá
del silencio.
@Hector_Diaz63
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