Partido y Movimientos

El reto es la construcción y el mantenimiento de movimientos hijos del dinamismo social

NOEL ÁLVAREZ |  EL UNIVERSAL
lunes 5 de noviembre de 2012  12:00 AM
Desde los años 80 el proceso político venezolano y sus partidos han venido sufriendo severos reveses. Una de las razones que podemos aducir es que las estructuras rígidas dejaron de atender a las realidades locales y se distanciaron de la militancia base; de ahí que su función social se viese tergiversada y terminase en un problema de cascarón sin timón efectivo. 

El reto luego fue abordado por una serie de partidos "novedosos" que aunque han hecho el intento de transformarse en herramientas de organización social, han terminado por mimetizarse con las estructuras que los precedieron y, peor aún en algunos casos, están centradas en el personalismo político de un grupito o líder único. Nuevamente alejados de la realidad local de las zonas recónditas o refugiados en la telepolítica o twitterpolítica. 

De todo lo anterior deviene que es necesaria la configuración de partidos de actualidad, que más que decirse "nuevos" atiendan a nuevas formas de organización más eficientes para el fin que les ocupa. Hablamos de más que partidos, nos referimos a tomar partido por la creación de movimientos de sazón política que sean orgánicos y prosperen desde la microsegmentación y el dinamismo. 

No es un asunto de partidos nuevos o viejos, ya que podemos asistir a la creación de movimientos de nueva data crucificados al nacer por viejos vicios; o de venerables organizaciones que generen el milagro de reinventarse y conectar con el momento. Parece imposible pero se ha visto. Recordemos aquello de que en política no hay muertos. 

Se trata de la comprensión de que los movimientos que agrupan gentes -o grupos- organicen desde la realidad socioeconómica y cultural de cada región o localidad, sin dejar de comprender que el país es uno, y que el desarrollo no puede ser una suerte de "Monstruo de Frankenstein" de organización social, una colcha de retazos que no tenga corazón. Es una articulación plural que atienda temas de importancia local y permita ser realmente efectiva como instrumento de acción política. 

La fórmula no existe. Sin embargo, el sentido común nos indica colocar el oído en la calle, ponerle corazón, honestidad y conocer mucho, pero mucho sobre el tema, para aprender de la experiencia ajena y minimizar el tiempo perdido en el inevitable ensayo y error. 

El reto es la construcción y el mantenimiento de movimientos hijos del dinamismo social; no que las estructuras pretendan imponer el lento ritmo burocrático de sillas calientes y carnets numerados frente a unas gentes huérfanas de liderazgo con sustancia. 

Coordinador Nacional de Independientes por el Progreso 

@alvareznv

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